Entrenamiento nocturno San Martín de la Vega 24 de Octubre

Érase una vez, en un lugar muy muy lejano, donde la oscuridad era lo único que existía por allí, cinco corredores intrépidos llamados  Álex, Susana, David, Ismael, Cárol y una dócil y bella perrita llamada Kira, iniciaron una peligrosa aventura...





Una aventura en la noche, creo recordar que hacía tormenta y frío, que les llevaría hasta el mismísimo infierno...rayos, truenos, relámpagos centellas, tormenta y fango, por donde tenían que recorrer 7 kilómetros. Unas interminables cuestas resbaladizas por donde no paraban de saltar los sapos. Sus pies, se hundían rápidamente en el barro, quedando atrapados, luchando por poder seguir por ese camino endemoniado. Parecía imposible cuando la lluvia apareció, un aguacero les empapaba, les empañaban los ojos, sus piernas se llenaban del barrizal a cada zancada que daban y sus zapatillas se llenaban de ese barro tan pesado siéndoles de un gran lastre para seguir avanzando. Más allá, en el horizonte donde la nada existe, veían las mismísimas puertas del infierno en aquel cielo pintado de rojo e iluminado por aquellos rayos infernales...nuestros chic@s seguían luchando, esta vez, por no caer en las garras infernales de la desesperación, ya que el diablo empezó ha hacer de las suyas engañándolos con los kilómetros haciéndoselos más pesados, agotadores e interminables; aunque una oscuridad les invadió sin avisar, parecía que la calma llegaba, a ambos lados se escuchaba el silencio, una paz les invadía, pero por muy poco tiempo. El cielo rojizo apareció de nuevo, esta vez caían chuzos de punta, pero nuestros chic@s  estaban más unidos, juntos y con todas sus fuerzas pasaron por debajo de las puertas del infierno velozmente. Un camino seco apareció bajo sus pies y la lluvia paró, pero no olvidéis que el infierno andaba cerca de ellos y fácil no lo íba a poner.

Os dejo el relato de David corriendo sobre el barro: "Según íbamos a San Martín,un chaparrón de agua caía..me gusta correr,pero con esa lluvia veía gran dificultad,ya que en lugar de la carrera chispeaba un poco y empezamos a correr,bueno no sé si llamarlo correr o patinar sobre la arcilla..íbamos tronchándonos de la risa porque era todo muy resbaladizo y el barro no dejaba ir con algo de continuidad, al borde el spagat. He de reconocer,que me lo pasé genial y al final fuí cogiendo el tranquillo, pero soy más de secano. Y el momento de cambiarnos de ropa todo embarrado y lloviendo fuerte fue genial, solo nos faltó ver a Noe aparcando el Arca en San Martín de la Vega. ¡¡Crossmadrid barrocross!!."

Susana nos continua explicando lo que aconteció esa noche: "Cada vez nos adentramos mas en el otoño, las noches son mas largas y nuestros entrenos se hacen cada vez mas oscuros y frios. Si a eso le sumamos la lluvia y muchísimo barro, obtenemos un entreno la mar de divertido. Íbamos a hacer el recorrido de la carrera de San Martín de la Vega, poco mas de 7km, mitad subida tendida y mitad bajada. Al empezar, llovia, había charcos, barro, pero nada que pudiera detenernos, hasta que llegamos a la subida.... ¡madre mia!, Parecia un episodio de humor amarillo, aquel en el que los participantes se rebozaban en el barro, no podian caminar, caían una y otra vez. ¡Que risas!. Fue una aventura mas que un entreno, y cuando parecía que la cosa mejoraba y que se podia correr, volvía el barrizal. Fue mas un duro entreno de cabeza y piernas que de velocidad, porque correr, lo que se dice correr, mas bien poco. Nos respetó bastante la lluvia, ya que aunque llovió los primeros kilómetros, hasta la mitad dejó de hacerlo. Eso si, el último kilómetro y medio fue como saltar a la piscina con ropa. Nuestro entreno de "eternal running", fue divertidísimo. Toda una aventura sacada de un comic, junto a los cientos de sapos que encontramos por el camino."

También os dejo la experiencia de Carol tras de terminar con esta aventura: "Era una noche bastante rara, no tenía grandes ánimos de correr por la lluvia que estaba cayendo tan fuerte y el frío que hacía, pero fue salir del coche y pisar un poquito el barro, ver mi pie cómo se resbalaba en él y de repente supe que me lo íba a pasar genial. Empezamos a correr como podíamos. La verdad que me sentí bastante cómoda corriendo en aquel infierno notando el frescor del barro que salpicaba en mis piernas sin cesar. Una sorpresa todo lo de aquella noche ya que al barro le tenía verdadero miedo y pude comprobar que la verdad no se me da nada mal. Pura diversión y yo solo quería hacer locuras y correr y correr bajo la lluvia sin parar, no me importaba caer ni ensuciarme,solo me importaba divertirme y que esa noche jamás acabara...increíble el momento en que la oscuridad hizo acto de presencia. Me encanta cuando aparece sin avisar. Cinco minutos más tarde, un cielo rojizo nos cubrió por completo, yo solo podía gritar y gritar que íbamos derechos al infierno!!Una gran aventura la de esa noche, bajo la lluvia, sobre el barro y bajando al infierno...."

La tormenta por un momento,se marchó,por lo que nuestros intrépidos corredor@s aprovecharon para hacer un sprint los últimos 500 metros para finaliozar su Odisea...rayos y centellas, el agua volvió y con toda su fuerza y esplendor!! Uno a uno empezaron a salir de aquella nada rojiza y tenebrosa, zanqueando y pisando más fuerte que nunca aquel suelo escurridizo y traidor..y como no, ganaron a la noche...poco se pudieron quedar para celebrarlo, ya que ell@s estaban empapados y no fuera a ser que se vengara el diablo, que por allí cerca les estaba mirando...

....Y Crossmadrid Canicroseando,este cuento se ha acabado....
                                                            
                                                                           FIN

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